El TJUE ha considerat que les normes de la FIFA i de la UEFA sobre l’autorització prèvia de les competicions de futbol de clubs, vigents en el moment d’iniciar-se el procediment de la Superlliga, són contràries al dret de la Unió Europea.

El passat dijous 21 de desembre el Tribunal de Justícia de la Unió Europea (TJUE) va dictar sentència resolent la qüestió prejudicial plantejada pel Jutjat Mercantil núm. 17 de Madrid en relació amb el projecte de la Superlliga. 

Com a antecedents al procediment seguit davant del TJUE, és necessari posar de manifest que la FIFA i la UEFA estableixen en els seus Estatuts que aquestes tenen la competència per (1) organitzar competicions internacionals de futbol en les quals participen les seves federacions i clubs en el seu territori; i (2) autoritzar les competicions en el seu territori. 

Doncs bé, en aquest context, el litigi principal s’inicia en virtut d’una acció davant el Jutjat mercantil per part de “European Superleague Company” (ESLC) –una societat creada per dotze clubs professionals de futbol establerts a Espanya, Itàlia i el Regne Unit— contra la FIFA i la UEFA, per considerar que les normes de les federacions internacionals sobre l’autorització de les competicions i l’explotació dels drets de difusió són contràries al Dret de la Unió. Ho fa entenent que FIFA i UEFA vulneren la lliure competència per impedir, al amenaçar amb sancions als clubs, que el projecte de la Superlliga es dugui a terme. 

En particular, la part actora en la demanda sol·licita que (1) es declari que FIFA i UEFA han infringit el Tractat de Funcionament de la Unió Europea (TFUE) per abusar de la seva posició de domini, i (2) que els articles dels seus Estatuts que estableixen que són aquests qui autoritzen les competicions en el seu territori vulneren el TFUE i (3) que se’ls ordeni cessar en les seves conductes i abstenir-se de dur a terme qualsevol acte que pugui dificultar posar en marxa el projecte. 

El Jutjat Mercantil, tractant-se d’una qüestió de dret de la UE i atesos els dubtes sobre l’exposat anteriorment, tenint en compte en particular que la FIFA i la UEFA ostenten una posició de monopoli en aquest mercat, va plantejar una qüestió prejudicial al Tribunal de Justícia de la Unió Europea, que ha donat peu a la sentència del passat dijous. 

Essencialment, el jutge nacional planteja al TJUE (1) si ha d’interpretar-se que el TFUE prohibeix que FIFA i UEFA estableixin que es requereix la seva autorització per organitzar una competició “quan no existeix un procediment reglat sobre la base de criteris objectius, transparents i no discriminatoris”; i (2) si ha d’interpretar-se que el TFUE prohibeix que FIFA i UEFA amenacin amb sancions “sense basar-se en criteris objectius, transparents i no discriminatoris”

D’entrada, en la sentència, el TJUE subratlla que aquesta no tracta sobre el projecte específic de la Superlliga, sinó sobre la normativa de la FIFA i la UEFA relativa a l’autorització prèvia de les competicions de clubs, entre d’altres. Així ho destaca en els paràgrafs 77-79 de la sentència: 

“Seguidamente, debe señalarse que, aunque el litigio principal se haya iniciado mediante una demanda presentada por una sociedad que anunció el lanzamiento de un proyecto de una nueva competición internacional de fútbol denominada «Superliga», y a pesar de que la tercera cuestión prejudicial planteada por el órgano jurisdiccional remitente se refiere específicamente a las actuaciones concretas con las que la FIFA y la UEFA han reaccionado a este lanzamiento, las otras cinco cuestiones prejudiciales de este órgano jurisdiccional se refieren, por su parte, a las normas de la FIFA y la UEFA que sirven de fundamento a estas actuaciones (esto es, las normas relativas a la autorización previa de las competiciones de esta índole y a la participación en las mismas de los clubes de fútbol profesional o de los jugadores) y a otras normas que guardan relación, según ese órgano jurisdiccional, con el mercado en cuestión, tal como este lo define (esto es, las referentes a la apropiación y la explotación de los diferentes derechos derivados de estas competiciones).

De este modo, estas cuestiones prejudiciales, consideradas conjuntamente, tienen por objeto que el órgano jurisdiccional remitente pueda determinar si estas diferentes normas, en cuanto pueden aplicarse a cualquier nueva competición de fútbol de clubes organizada o prevista en el territorio de la Unión, como la competición cuyo anuncio de lanzamiento dio origen al litigio principal, constituyen, habida cuenta de su naturaleza, su contenido, sus fines y el contexto concreto en el que se inscriben, una infracción de los artículos 45 TFUE,49 TFUE, 56 TFUE, 63 TFUE, 101 TFUE y 102 TFUE.

En estas circunstancias, el Tribunal de Justicia tomará en consideración, en sus respuestas al conjunto de cuestiones prejudiciales que le han sido planteadas, todas las características pertinentes de las normas de la FIFA y de la UEFA cuestionadas en el litigio principal, tal como han sido citadas en el auto de remisión y recordadas por todas las partes del litigio principal”.

El primer gran debat entre les parts en aquest procediment és relatiu a les conseqüències que pot tenir l’article 165 del TFUE sobre les respostes que han de de donar-se a les diferents qüestions prejudicials plantejades per l’òrgan jurisdiccional remitent. El TJUE manifesta que el que estableix aquest article es tracta només d’una competència de recolzament. En concret, el TJUE ho expressa de la següent manera en el paràgraf núm. 99: 

“En segundo término, tal como se desprende tanto de la redacción del artículo 165 TFUE como de la del artículo 6 TFUE, letra e), los autores de los Tratados tenían la voluntad de conferir a la Unión, mediante estas disposiciones, una competencia de apoyo que le permitiera llevar a cabo, no una «política», como se prevé en otras disposiciones del Tratado FUE, sino una «acción» en diferentes ámbitos específicos, entre los que se encuentra el deporte. De este modo, dichas disposiciones constituyen una base jurídica que habilita a la Unión para ejercer esta competencia de apoyo, en las condiciones y dentro de los límites que estas fijan, entre los cuales figuran, según el artículo 165 TFUE, apartado 4, primer guion, la exclusión de toda armonización de las disposiciones legales y reglamentarias adoptadas en el ámbito nacional. Asimismo, esta competencia de apoyo permite a la Unión adoptar actos jurídicos con el único fin de apoyar, coordinar o complementar la acción del os Estados miembros, de conformidad con el artículo 6 TFUE”.

Tanmateix, l’article 165 no eximeix l’esport del Dret primari de la Unió ni exigeix que aquest rebi un tracte particular ni especial. Les característiques específiques de l’esport poden, eventualment, tenir-se en compte, sempre que resultin compatibles amb les normes de competència i lliure circulació de la UE (paràgrafs 101-104): 

“De lo anterior se sigue que, aunque las instituciones competentes de la Unión deben tener en cuenta los diferentes elementos y objetivos enumerados en el artículo 165 TFUE cuando adoptan, con fundamento en este artículo y en las condiciones que este establece, medidas de fomento o recomendaciones en el ámbito del deporte, esos diferentes elementos y objetivos, al igual que las medidas de fomento o recomendaciones, no han de integrarse o tomarse en consideración de forma vinculante al aplicar las normas cuya interpretación solicita al Tribunal de Justicia el órgano jurisdiccional remitente, ya se refieran estas normas a las libertades de circulación de personas, servicios y capitales (artículos 45 TFUE, 49 TFUE, 56 TFUE y 63 TFUE) o a las normas en materia de competencia (artículos 101 TFUE y 102 TFUE). En términos más generales, tampoco cabe considerar que el artículo 165 TFUE sea una norma especial que deje al deporte al margen de todas o de una parte de las demás disposiciones del Derecho primario de la Unión que puedan aplicarse al mismo o que imponga que se depare al deporte un trato particular en el marco de esta aplicación.

No obstante, lo anterior, en tercer término, es cierto que, como ha declarado el Tribunal de Justicia en numerosas ocasiones, la actividad deportiva tiene una importancia social y educativa considerable, actualmente reflejada en el artículo 165 TFUE, tanto para la Unión como para sus ciudadanos (véanse, en este sentido, las sentencias de 15 de diciembre de 1995, Bosman, C‑415/93, EU:C:1995:463, apartado 106, y de 13 de junio de 2019, TopFit y Biffi, C‑22/18, EU:C:2019:497, apartados 33 y 34).

Asimismo, esta actividad presenta innegables características específicas que, si bien se refieren en especial al deporte de aficionados, pueden también encontrarse en la práctica del deporte como actividad económica (véase, en este sentido, la sentencia de 13 de abril de 2000, Lehtonen y Castors Braine, C‑176/96,EU:C:2000:201, apartado 33).

Por último, estas características específicas pueden eventualmente tomarse en consideración, entre otros elementos y siempre que resulten pertinentes, a la hora de aplicar los artículos 45 TFUE y 101 TFUE, debiendo, no obstante, señalarse que esta toma en consideración solo puede tener lugar en el marco de estos artículos y respetando los requisitos y criterios de aplicación previstos en cada uno de ellos. La misma apreciación es válida por lo que respecta a los artículos 49 TFUE, 56 TFUE, 63 TFUE y 102 TFUE”. 

Quant al fons de la sentència, aquesta gira entorn del reglament d’autorització prèvia de competicions de clubs de la FIFA i UEFA. 

1.-Sobre la qualificació com a abús de posició dominant (art. 102 TFUE).

La FIFA i la UEFA exerceixen una activitat econòmica d’organització i de comercialització de les competicions internacionals de futbol i d’explotació dels diferents drets derivats d’aquestes competicions, constituint empreses. Així mateix, ambdues ostenten una posició dominant o, fins i tot, tenen un monopoli en el mercat corresponent. 

De conformitat amb la jurisprudència del TJUE, les associacions responsables d’una disciplina esportiva poden adoptar, aplicar i vetllar per què es respectin les normes relatives no solament, en general, a l’organització i el desenvolupament de les competicions internacionals en aquesta disciplina (futbol professional), sinó també, més en particular, a la seva autorització prèvia i a la participació dels clubs i jugadors a aquestes. I tot això, per garantir que el futbol es jugui segons unes regles comunes, que el calendari de partits estigui coordinat i es respectin els principis de mèrit esportiu i equilibri competitiu (paràgrafs 143 i 144 de la sentència): 

“En efecto, este deporte, que reviste en la Unión una considerable importancia no solo social y cultural(véanse, en este sentido, las sentencias de 15 de diciembre de 1995, Bosman, C‑415/93, EU:C:1995:463,apartado 106, y de 16 de marzo de 2010, Olympique Lyonnais, C‑325/08, EU:C:2010:143, apartado 40),sino también mediática, se caracteriza, entre otras especificidades, por la circunstancia de que da lugar a la organización de numerosas competiciones en los ámbitos europeo y nacional en las que pueden participar un número muy elevado de clubes y de jugadores. También se caracteriza, al igual que sucede con otros deportes, por el hecho de que la participación en estas competiciones está reservada a equipos que hayan obtenido determinados resultados deportivos (véase, en este sentido, la sentencia de 15 de diciembre de1995, Bosman, C‑415/93, EU:C:1995:463, apartado 132), basándose el desarrollo de estas competiciones en el enfrentamiento y la eliminación progresiva de estos equipos. Por consiguiente, se asienta esencialmente en el mérito deportivo, que solo puede garantizarse si todos los equipos participantes se enfrentan en condiciones reglamentarias y técnicas homogéneas que garanticen cierta igualdad de oportunidades.

Estas diferentes características específicas permiten considerar que es legítimo someter la organización y el desarrollo de las competiciones internacionales de fútbol profesional a normas comunes destinadas a garantizarla homogeneidad y la coordinación de estas competiciones dentro de un calendario global y, en términos más generales, a promover, de forma adecuada y efectiva, la celebración de competiciones deportivas basadas en la igualdad de oportunidades y en el mérito. Asimismo, es legítimo cerciorarse del respeto de estas normas comunes mediante normas como las adoptadas por la FIFA y la UEFA en lo que se refiere a la autorización previa de dichas competiciones y a la participación de los clubes y de los jugadores en las mismas. 

No obstant això, per tal d’evitar conflictes d’interessos, els requisits d’autorització han d’estar subjectes a restriccions, obligacions i revisió. Es necessiten criteris transparents, objectius, precisos i no discriminatoris. En cas contrari, concorre un abús de posició dominant (paràgraf 147 de la sentència): 

“Ninguna de las características específicas propias del fútbol profesional permite considerar legítimas la adopción y, con mayor motivo, la aplicación de normas de autorización previa y de participación que, con carácter general, pese a conferir a la entidad llamada a aplicarlas la facultad de impedir a cualquier empresa competidora acceder al mercado, no vayan acompañadas de límites, obligaciones y un control capaces de excluir el riesgo de explotación abusiva de una posición dominante y que, más en particular, no estén sujetas a criterios materiales y a reglas de procedimiento que permitan garantizar su carácter transparente, objetivo, preciso y no discriminatorio. Debe considerarse que tales normas infringen el artículo102 TFUE, tal como se desprende de los apartados 134 a 138 de la presente sentencia”.

El TJUE estima que, per tal que pugui considerar-se que les normes sobre les quals versa el litigi principal estan subjectes a criteris materials transparents, objectius, precisos i no discriminatoris –i, conseqüentment no concorri un abús de posició dominant—, és necessari que els criteris i les regles es donin a conèixer de forma accessible amb caràcter previ a qualsevol possible aplicació. Així mateix, el Tribunal subratlla que les competicions de tercers no poder estar subjectes a criteris diferents dels de les competicions oficials com la Champions League (paràgraf 151 de la sentència): 

Asimismo, para que dichos criterios y reglas puedan considerarse no discriminatorios, es preciso —habida cuenta, en particular, del hecho de que entidades como la FIFA y la UEFA ejercen ellas mismas diferentes actividades económicas en el mercado al que se refieren sus normas de autorización previa y de participación— que no supediten la organización y la comercialización de terceras competiciones y la participación de los clubes y de los jugadores en las mismas a exigencias que, o bien sean diferentes de las aplicables a las competiciones organizadas y comercializadas por la entidad con capacidad decisoria, o bien, siendo idénticas o similares, resulten en la práctica de imposible o excesivamente difícil cumplimiento para una empresa que no tenga la misma condición de asociación o que no disponga de las mismas facultades que esta entidad y que se encuentre, en consecuencia, en una situación diferente de la de esta. Por último, para que las sanciones establecidas con carácter accesorio respecto de normas de autorización previa y de participación como las discutidas en el litigio principal no sean discrecionales, es necesario que se atengan a criterios que no solamente deben ser transparentes, objetivos, precisos y no discriminatorios, sino que también deben garantizar que estas sanciones se determinan, en cada caso concreto, observando el principio de proporcionalidad, tomando en consideración, en particular, la naturaleza, la duración y la gravedad del incumplimiento constatado.

 En qualsevol cas, correspondrà a l’òrgan jurisdiccional nacional qualificar les normes sobre les quals versa el litigi principal a l’empara de l’article 102 del TFUE. 

2.- Sobre la qualificació de la normativa com a decisió d’una associació d’empreses que té per objecte restringir la competència (article 101.1 TFUE). 

Amb relació a l’article 101, apartat 1, del TFUE, el Tribunal es separa de les conclusions de l’Advocat General i afirma que, encara que aquestes normes d’autorització prèvia de la FIFA i la UEFA puguin obeir a la finalitat d’assolir objectius legítims –respectar els principis, valors i les regles de joc pròpies del futbol professional—, no és menys cert que: “estas normas someten a las facultades de autorización previa y de sanción de las entidades que las han adoptado, en su condición de asociaciones de empresas, la organización y la comercialización de cualquier competición internacional de fútbol distinta de las que estas dos entidades organizan en paralelo, en el marco del ejercicio de una actividad económica. Pues bien, de este modo tales normas atribuyen a dichas entidades la facultad de autorizar, de controlar o de condicionar el acceso de cualquier empresa potencialmente competidora al mercado en cuestión y la facultad de determinar tanto el grado de competencia que puede existir en este mercado como las condiciones en las que puede ejercerse esta competencia eventual. Por esta razón, las mencionadas normas permiten, si no excluir de dicho mercado cualquier empresa competidora, incluso igualmente eficiente, al menos limitar la concepción y la comercialización de competiciones alternativas o nuevas en atención a su formato o a su contenido. De este modo, hacen posible asimismo que se prive a los clubes de fútbol profesional y a los jugadores de cualquier posibilidad de participar en estas competiciones, a pesar de que estas podrían, por ejemplo, proponer un formato innovador sin dejar de respetar todos los principios, los valores y las reglas del juego propias de este deporte. En definitiva, estas normas pueden hacer que los espectadores y los telespectadores se vean privados de cualquier posibilidad de que se les ofrezca de asistir a estas competiciones o de ver su difusión” (paràgraf 176 de la sentència). 

És per això que conclou que l’article 101.1 del TFUE s’ha d’interpretar en el sentit que les associacions responsables del futbol en els àmbits mundial i europeu, que exerceixen paral·lelament diferents activitats econòmiques vinculades a l’organització de competicions, hagin adoptat i apliquin, directament o a través de les federacions nacionals, normes que supediten a la seva autorització prèvia la creació, en el territori de la Unió, d’una nova competició de futbol de clubs per part d’una tercera empresa i que controlen la participació dels clubs i dels jugadors en tal competició, sota pena de sancions, sense que aquestes facultats estiguin subjectes a criteris materials i a regles de procediment que permetin garantir el seu caràcter transparent, objectiu, no discriminatori i proporcional, constitueix una decisió d’una associació d’empreses que té per objecte impedir la competència. 

3.- Sobre la no aplicabilitat de la doctrina de les restriccions accessòries

El TJUE estima que no és possible considerar no aplicables els articles 101.1 i 102 TFUE en el present supòsit, malgrat la reiterada jurisprudència del Tribunal de Justícia –també en l’àmbit esportiu— segons la quals no tot acord entre empreses ni tota decisió d’una associació d’empreses que restringeix la llibertat d’acció de les empreses que són part d’aquest acord o que estan obligades a complir aquesta decisió estan compreses necessàriament en l’àmbit d’aplicació dels referits articles (entre d’altres, Meca-Medina y Majcen/Comisión, C519/04 P, EU:C:2006:492). El Tribunal ho expressa en els següents termes en la sentència (paràgraf 186):

“Puesto que, por una parte, la ausencia de intención subjetiva de impedir, restringir o falsear la competencia y el hecho de que se persigan objetivos eventualmente legítimos tampoco resultan determinantes a efectos de la aplicación del artículo 101 TFUE, apartado 1, y dado que, por otra parte, los artículos 101 TFUE y102 TFUE deben interpretarse y aplicarse de forma coherente, debe considerarse que el criterio jurisprudencial mencionado en el apartado 183 de la presente sentencia tampoco puede aplicarse respecto de comportamientos que, lejos de limitarse a tener por «efecto» inherente restringir, cuando menos potencialmente, la competencia limitando la libertad de acción de determinadas empresas, presentan para esa competencia un grado de nocividad que permite considerar que tienen por su propio «objeto» impedirla, restringirla o falsearla. Así pues, solo cuando se compruebe, al final del examen del comportamiento de que se trate en un supuesto determinado, que este comportamiento no tiene por objeto impedir, restringir o falsear la competencia, procederá determinar seguidamente si dicho criterio jurisprudencial le puede resultar aplicable. 

El TJUE suggereix que l’única possibilitat que tindria la FIFA i la UEFA seria justificar la no aplicabilitat dels referits articles en virtut de l’exempció de l’article 101.3 del TFUE. Tanmateix, això implicaria haver de demostrar davant de l’òrgan judicial remitent que, el fet de perseguir aquests objectius –contribuir a garantir a) el respecte dels principis, els valors i les regles del joc pròpies del futbol professional, en particular el caràcter obert i meritocràtic de les corresponents competicions; i b) una certa forma de redistribució solidària dins del futbol— es tradueix en 1)  increments d’eficiència reals i quantificables; i, 2) que aquests increments compensen els inconvenients que les normes controvertides en el litigi principal generen en l’àmbit de la competència. Per tal d’assolir-ho, la FIFA i la UEFA necessitaran “arguments i proves convincents” per a demostrar que les seves normes poden quedar exemptes de la legislació de la UE en matèria de competència o estar justificades per ella. 

4.- Sobre de les normes referides als drets derivats de les competicions esportives (interpretació dels articles 101 i 102 TFUE)

Els drets dels mitjans audiovisuals constitueixen la segona part de la sentència, la quals presenta molts paral·lelismes amb l’anterior anàlisi de la normativa relativa a l’autorització prèvia de les competicions, clubs i jugadors. En efecte, les normes que atorguen a la FIFA i a la UEFA competència exclusiva per a comercialitzar els drets audiovisuals són potencialment una restricció per objecte i un abús de posició dominant. 

El TJUE, considera que la FIFA i la UEFA hauran de demostrar que el sistema actual de venda centralitzada del drets televisius beneficia a totes les parts interessades (clubs, aficionats i espectadors) de manera “real i concreta”.

Sobre la base de les consideracions anteriors, el Tribunal respon que els citats articles han d’interpretar-se en el sentit que:

no se oponen a normas aprobadas por las asociaciones responsables del fútbol en los ámbitos mundial y europeo, y que ejercen paralelamente diferentes actividades económicas vinculadas a la organización de competiciones, en cuanto designan a estas asociaciones como propietarias originales de todos los derechos que puedan derivarse de las competiciones bajo su «jurisdicción», siempre y cuando estas normas se apliquen únicamente a las competiciones organizadas por dichas asociaciones, excluyendo las que pudieran organizar terceras entidades o empresas;

se oponen a tales normas en cuanto atribuyen a estas mismas asociaciones la responsabilidad exclusiva para la comercialización de los derechos en cuestión, salvo que se demuestre, mediante argumentos y pruebas convincentes, que se cumplen todos los requisitos necesarios para que estas normas puedan acogerse, en virtud del artículo 101 TFUE, apartado 3, a una excepción de la aplicación del apartado 1de este artículo y puedan considerarse justificadas a la luz del artículo 102 TFUE. 

Conclusions

A) No es pot donar, ni molt menys, la “història” per acabada. La sentència del TJUE vincula al jutge nacional en la seva interpretació del TFUE, però ajorna moltes valoracions de fet transcendents que s’hauran de resoldre davant dels tribunals espanyols en el marc del litigi principal. La deferència cap als tribunals nacionals és una tendència cada cop més habitual en la legislació de la UE. Tanmateix, pot comportar el risc de resolucions divergents.

B) La STJUE conclou que les normes FIFA/UEFA són contràries al TFUE quan no estableixen criteris i regles  que assegurin el “caràcter transparent, objectiu, no discriminatori i proporcional”, el que implica que poden no ser-ho si es respecta. De fet, expressament reconeix que el sistema d’autorització prèvia de competicions és legítim per les característiques específiques de l’esport, però que ha d’anar acompanyat “de límits , obligacions i control” que excloguin l’abús de posició dominant que tenen. 

C) És previsible que el Jutjat Mercantil resolgui que les normes de referència, en vigor en el moment d’inici del procediment, són contràries al dret de la UE en tant no estableixen els criteris referits. No obstant això, a principis de 2022, la UEFA –amb previsió del que estava per venir— va aprovar un reglament d’autorització de competicions establint uns criteris d’autorització i unes regles de procediment. Haurà de valorar-se si aquestes compleixen amb les exigències que ha determinat el TJUE. 

D) Arrel de la sentència, l’aparició de formats alternatius sembla més probable, atès que les federacions internacionals no poden donar preferència a les seves pròpies competicions. Per contra, l’aparició de lligues tancades a l’estil estatunidenc sembla menys probable. Si el mèrit esportiu és un valor fonamental (i legalment protegit) en el futbol europeu, resulta difícil de justificar –i fàcil de bloquejar per part de la UEFA—formats semblants a la proposta inicial de la Superlliga.

Comentari STJUE SUPERLLIGA

Sergi Ferragut Maixenchs

Advocat

PAREJA & ASSOCIATS, ADVOCATS